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¿Qué se puede hacer con la comida que sobra?
Antes de que se quede en el fondo de la nevera utiliza la carne sobrante para hacer croquetas, empanadillas o un caldo para la sopa. Lo puedes hacer tanto con pollo como con pescados. 3. Los restos de verduras, hortalizas o legumbres son perfectos para elaborar purés o cremas.
¿Cómo calentar yuca cocida?
Calienta a fuego lento o medio hasta alcanzar una temperatura mínima de 70º C. Remueve para que el calor se distribuya bien. Si tapamos la comida durante el proceso de recalentamiento, el vapor que desprende hará que la comida no se reseque.
¿Cómo guardar yuca cocinada?
Cómo conservar yuca cocida, o hervida La segunda forma es congelar la yuca ya cocida, le retiramos el agua de la cocción y envasamos; podemos emplear una bolsa plástica, o un recipiente con tapa hermética.
¿Cómo se conserva la yuca en la nevera?
Almacenamiento de la Yuca: Si se encuentran entierrada, se deberá lavar quitando todo exceso de tierra y dejar secar muy bien, antes de refrigerar. Almacenar en el “cajón de los vegetales” en el refrigerador, sin pelar y sin bolsa. Se pueden congelar cruda o cocida.
¿Cómo aprovechar las sobras?
Toma buena nota de los siguientes consejos para aprovechar las sobras: Los restos de verduras, hortalizas o legumbres pueden transformarse al día siguiente en un apetitoso puré o en una suave crema.
¿Qué hacer con las sobras de pescado?
Con las sobras de pescado puedes hacer croquetas, pasteles o albóndigas; están riquísimas las croquetas de bacalao (aprovechando los restos del bacalao a la vizcaína). Con las de marisco se pueden preparar ensaladas de arroz, de patata, salpicón …
¿Cómo aprovechar la carne que te sobra?
Hay muchas formas de aprovechar la carne que te sobra. Puedes hacer salpicón de morcillo, croquetas, empanadas o pastel de carne. También estarán muy ricos unos huevos rellenos de carne (bien picadita y mezclada con pimientos y aceitunas negras).
¿Cómo guardar las sobras de carne o pescado?
Si las sobras son de una carne o un pescado asado, lo mejor es meterlo durante una hora en la nevera para que esté completamente frío. Después, introducirlo en una bandeja de horno y guardar tapado en el congelador. Cuando se vaya a utilizar, se puede meter al horno en ese mismo recipiente.