Tabla de contenido
- 1 ¿Cuáles son las consecuencias de los riesgos psicosociales?
- 2 ¿Qué consecuencias físicas o mentales pueden llegar a presentar los trabajadores y las trabajadoras ante un factor de riesgo psicosocial?
- 3 ¿Cuáles son las causas de los riesgos psicosociales?
- 4 ¿Cuáles son las consecuencias de los riesgos fisicos?
- 5 ¿Qué es lo que provoca el estrés laboral?
Las consecuencias encontradas de los riesgos psicosociales fueron: Fatiga, cefalea, ulceras, trastornos osteomusculares, enfermedades cardiovasculares, desmotivación, estrés laboral, Síndrome de Burnout, ansiedad, aislamiento, agresividad, absentismo, bajo rendimiento, accidentes de trabajo, baja calidad en la …
Ejemplos de consecuencias psicológicas, físicas y sociales negativas frecuentes que se derivan de una mala organización y gestión del trabajo: Estrés laboral. Ausentismo. Síndrome de burnout.
¿Cómo afecta el estrés laboral a los trabajadores?
Los riesgos directos del estrés laboral para la salud han sido relacionados con cardiopatías, trastornos digestivos, aumento de la tensión arterial y dolor de cabeza, trastornos músculo-esqueléticos como lumbalgias (2).
Los riesgos psicosociales se derivan de las deficiencias en el diseño, la organización y la gestión del trabajo, así como de un escaso contexto social del trabajo, y pueden producir resultados psicológicos, físicos y sociales negativos, como el estrés laboral, el agotamiento o la depresión.
¿Cuáles son las consecuencias de los riesgos fisicos?
Efectos: problemas de comunicación, disminución de la capacidad de concentración, somnolencia, alteraciones en el rendimiento laboral, sordera, taquicardia, aumento de la tensión arterial, trastornos del sueño, etc.
¿Cuáles son las consecuencias de los riesgos de trabajo?
Los riesgos de trabajo pueden producir:
- Incapacidad temporal.
- Incapacidad permanente parcial.
- Incapacidad permanente total.
- La muerte.
- Desaparición derivada de un acto delincuencial.
¿Qué es lo que provoca el estrés laboral?
El estrés laboral es aquel que se produce debido a la excesiva presión que tiene lugar en el entorno de trabajo. Generalmente es consecuencia del desequilibrio entre la exigencia laboral (también propia) y la capacidad o recursos disponibles para cumplirla eficientemente.