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¿Cómo se pelan los ajos?
Pasos a seguir:
- Coloca la parte plana del cuchillo de cocina sobre el ajo. Puedes hacerlo sobre una tabla de cortar para que la superficie sea plana.
- Presiona hacia abajo delicadamente hasta que se separe la cascara.
- Retira el cuchillo y acaba de pelar los restos de piel con la mano.
¿Cómo pelar ajos rápido con agua?
Agua hirviendo Pon los dientes de ajo en el bol y vierte el agua caliente sobre ellos. Déjalo por un minuto y luego podrás pelar el ajo fácilmente.
¿Cómo pelar una cabeza de ajos entera?
Se divide el ajo en dos mitades haciendo un corte transversal. Se colocan las mitades sobre una tabla, de modo que la piel quede hacia arriba. Después se coloca el cuchillo cubriendo los dos trozos del ajo y se da un golpe seco. Al levantarlo, los dientes se habrán despojado de la piel.
¿Cómo son las cabezas de ajo?
La cabeza de ajo seco es como llamamos de forma común a la raíz bulbosa que contiene entre 8 y 10 dientes de ajo envueltos en varias capas finas. Este Ajo Morado de las Pedroñeras es conocido y catalogado como el mejor ajo del mundo.
¿Cómo usar el ajo en cocina?
Lo usamos en frituras, asados, guisos, arroces y potajes, entero, picado, sin pelar… de mil y una formas. Hoy quiero contaros siete formas de utilizar el ajo en cocina y muchas recetas para ponerlas en práctica.
¿Qué es el ajo en crudo y para qué sirve?
El ajo en crudo tiene un sabor picante y potente, que resulta muy agradable en muchas recetas. Mezclado con perejil, es idóneo para condimentar muchos platos, entre los que destaca sin duda el de los boquerones en vinagre, uno de nuestros platos preferidos para el aperitivo.
¿Cómo se prepara la cabeza de ajo?
Se pela una cabeza completa de ajos y se reserva. Por otra parte se pone a calentar un litro de agua y cuando se encuentre hirviendo entonces se agrega la cabeza de ajo y se deja al fuego por cinco minutos más. La preparación se deja enfriar, se retira el ajo y se toman tres tazas diarias.
¿Cuáles son los ejemplos de ajos enteros?
Los ajos enteros, son estupendos en recetas de asados de carnes y aves. Un buen ejemplo es el uso que les dio Esther en su pollo a los cuarenta dientes de ajo, o en la receta de solomillo a la cazuela de Berta.
